Darío llegó ese viernes a la estación de subtes sin saber cómo iba a afrontar las semanas que tenía por delante. Ahora que tenía claros sus sentimientos, estaba consciente de cada gesto, de cada mirada, de cada palabra, y estas semanas por venir no tenían buen prospecto. ¿Y...
El abrazo duró lo que un instante o una vida. Ninguno de los dos lo supo. Cada uno sumergido en sus propios ...